J.D.Salinger

¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? (...) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.

Helmut Newton

Helmut Newton

jueves, 27 de mayo de 2010


Hay un demiurgo colgado de una de las pasarelas de la estación que se ha pillado cuatro paneles de alumino y ha hecho una caseta para tener donde quedarse. El otro día vuelvo de noche y me lo encuentro detrás de la barraca que corona el descampado con la cara pintada de rojo bermellón y un pulpo crudo en la mano. "Soy el último sereno vivo" me suelta el jodido. Y acto seguido se pone a agitar las patas del pulpo como un manojo de llaves. Estuve por tirar las mías a la vía y confiar en la magia de su aparición.

Con todo lo que madrugo creo que no he visto amanecer ni una sola vez en esta ciudad entre semana. Cuando lo he visto ha sido con los ojos inyectados por esos pellizcos silenciosos del hada verde, en una de esas noches en que la puta del hada se agarra al rayo verde del amanecer y hacen un número de circo no apto para menores, y claro, yo queriéndome joder al hada termino solo con la persiana subida durmiendo a trompicones.

El demiurgo no piensa en el amanecer. Es el amanecer. Llega y tiende los jerseys que son ya de entretiempo y parece que se los haya robado a un muerto. Los pobres se mueren de noche y el bueno del demiurgo tiende de día para que el sol seque las manchas de baba de muerto. Luego con las almas y los cuerpos se hace un almanaque, y lo guarda para envolver la carne de los perros. Eso sí, si un perro se muere, coge su alma y se la lleva al sol para que no se ensucie. Y luego los católicos andan diciendo que el cánido no tiene de lo suyo porque ningún católico ha pisado el sol y ha vuelto para contarlo, que la luz al final del túnel va a terminar siendo que no ha amanecido y el tren ya tira camino de Nuevos Ministerios.

martes, 25 de mayo de 2010

IV. FRANK ZAPPA


Somos sátiros y estamos aquí para satirizarlo todo.
FRANK ZAPPA



Donde traduce "pasteles de cangrejo" en realidad debería decir "ladillas". Los falsos amigos siempre son más refinados que los verdaderos.

lunes, 24 de mayo de 2010


Tiene que haber existido alguien que, en algún momento y porque sí, haya decidido simplemente no caminar más y quedarse donde está.

De manera poco premeditada, quiero decir, simplemente alguien que esté caminando por una plaza concurrida después del trabajo, por poner un ejemplo, o por un puente sobre cualquiera de los ríos que cruzan cualquier ciudad, y que de repente decida sentarse en el borde de una fuente o en una barandilla y esperar a ver qué pasa durante unos días sin hacer nada en concreto. Yo a veces lo he pensado, y de verdad me pregunto: ¿vendría alguien a rescatarme?

Hay que pensar en que si es la ciudad en donde vives, antes o después, puede pasar alguien que conoces. Eso no puede ocurrir. Sobre todo no puede ocurrir que ese conocido te de igual, que sea un conocido al que tú no irías a rescatar ni de coña si le ocurriera algo parecido y te enterases. Otra cosa que tampoco puede ocurrir es que de repente te hagas famoso o algo por el estilo. No estoy pensando en esa mierda, de verdad. En lo único que estoy pensando es en quedarme de repente en un sitio anclado durante unos días de forma voluntaria, y luego de buenas a primeras, levantarme y seguir con lo que estaba haciendo. Me gustaría ver qué coño pasa, en serio. Yo creo que es posible quedarte varios días así, en esta situación y que nadie te dirija la palabra. Te llevarías ese secreto a la tumba, sería de los mejores que podrías llevarte: "Yo me quedé cinco días sentado en un banco de la Plaza de la Villa, de repente, y lo que vi allí no tiene nombre".

La cosa no debería costar ningún esfuerzo, quiero decir, hacer esta mierda no debería requerir ningún sacrificio, simplemente si alguien lo intenta alguna vez y se cansa, lo preferible sería dejarlo y llegar sin más un poco tarde al trabajo, sin más repercusiones. Porque yo creo que si haces ésto y al final consigues durante unos días olvidarte de que hay algo que en realidad tenías que hacer, luego vas y repites no sé cuántas veces, estoy convencido.

jueves, 20 de mayo de 2010

TWO LOVERS. JAMES GRAY


Menos mal que hay tios que saben hacer películas sin salir de su barrio. El mundo está lleno de directores de orquesta que no saben cómo se toca un triángulo.

Veo Two lovers de James Gray, que es un triángulo machacado y deforme, enfermo, reconstruido con trozos de otros triángulos más viejos. Maravilla, ¡qué sonido! Es la opereta de arena que molesta más tarde, cuando te quedas solo, esa que entra dulce por las orejas mientras nadas en el océano y luego no sale en la ducha ni a hostias y te deja un mes durmiendo con orfidales.

Luego vuelvo a mi casa, que no tiene barrio ni nada. Vivo en una casa sin barrio. Hay que joderse. Ha venido una chica y dice que me va a cantar un rato. Y resulta que por la oreja que se me ha quedado mala resuenan mejor los timbales del canto como en los riscos.

Esta noche los ejércitos de las tinieblas huyen por mi barrio inexistente, rezando plegarias en calzoncillos.

martes, 18 de mayo de 2010

III. JACQUES PRÉVERT


El escolar perezoso

Dice no con la cabeza
pero dice sí con el corazón
dice sí a lo que quiere
dice no al profesor
está de pie
lo interrogan
le plantean todos los problemas
de pronto estalla en carcajadas
y borra todo
los números y las palabras
los datos y los nombres
las frases y las trampas
y sin cuidarse de la furia del maestro
ni de los gritos de los niños prodigios
con tizas de todos los colores
sobre el pizarrón del infortunio
dibuja el rostro de la felicidad.

Jacques Prévert

domingo, 16 de mayo de 2010

La serenata. George Yepes


ARTE CHICANO

La actual frontera entre México y USA fue creada por una guerra: la méxico-americana (1847-1848). Después de entrar en México DF, los Estados Unidos hicieron firmar a México el tratado de Guadalupe Hidalgo por el cual los mexicanos cedían las tierras que son ahora Arizona, California, Nuevo México, Texas, Utah, Nevada y parte de Colorado y Wyoming, a cambio de 15 millones de dólares.

Así, la cultura de los mexicanos que quedaron en el territorio norte fue transformándose poco a poco, dando paso a una nueva identidad cultural, totalmente propia, pero que comportaba/compartía dos cuadros de referencia. Un siglo después de la construcción de esa frontera, empezó una profusa emigración del sur al norte que no ha hecho más que ir en aumento. Hacia 1960 el número de mexicanos trabajando en los campos de sus ex-tierras, pero sin ninguna cobertura social, era ya lo suficientemente grande como para que empezaran a exigir ciertas condiciones de trabajo. Es cuando nace el Chicano (término que refleja raíces precolombinas) Civil Rights Movement, con César Chávez como líder. Este movimiento pronto sintió la necesidad de disponer tanto de eslóganes como de una iconografía propia. En 1965 se unieron al movimiento estudiantes y artistas. Estos últimos inspirándose en los muralistas de su país de origen y en su voluntad de inmortalizar a los héroes populares, crearon una fascinante cartografía tanto antropológica como político-social.

Lady of the butterflies: Terra Nostra.
George Yepes



En los años setenta ya se les reconocía, en sus propias comunidades, no ya como artistas activistas sino como artistas a secas. No es hasta fechas relativamente recientes que han empezado a ser aceptados por Norteamérica como una potente y autóctona corriente artística.

Novia azul. George Yepes

Los creadores mexicanos están presentes en la escena artística estadounidense desde principios del siglo XX, a partir de la revolución de 1910, que desencadena el primer desplazamiento masivo de emigrantes. El Plan Espiritual de Aztlán marca el nacimiento del arte chicano, cuya primera etapa se extiende hasta finales de la década de 1970. Además del realismo ruso y mexicano, los artistas chicanos incorporan a sus modelos la revolución cubana. El muralismo arraiga especialmente entre ellos por la misma razón que lo había hecho entre los mexicanos: las óptimas condiciones climatológicas. En el caso de Los Ángeles, capital mundial del muralismo, se sumaba otro hecho importante: los kilómetros y kilómetros de muros construidos alrededor de las autopistas, enormes superficies visibles y aptas para pintar. Aunque ya configurada, la estética chicana no emerge con fuerza hasta 1977, cuando el National Endowment for the Arts decide prestar atención a un colectivo que combina activismo político e inteligencia creativa mediante las técnicas más diversas.

En el término Aztlán se reconocen exclusivamente una serie de artistas formados en los inicios del Movimiento, en sintonía con el llamado Plan Espiritual de Aztlán. Varios de ellos viven en Los Ángeles, la ciudad donde ha tenido mayor auge la corriente de pintura urbana que nos interesa subrayar. Habría que añadir que no nos centramos sólo en una ciudad, sino casi en un barrio: East LA, la zona considerada más dura, situada al Este de Los Angeles River.

Los artistas políticamente comprometidos de los años 60 han visto cumplirse muchas de sus reivindicaciones y objetivos: reconocimiento de la cultura autóctona, acceso general a los diferentes niveles de enseñanza, instauración de departamentos específicos y programas bilingües en las universidades, etc.
A pesar de los problemas pendientes, estos factores han permitido al creador dejar de tener como responsabilidad primordial servir de plataforma ideológica. En consecuencia, ha podido sumergirse en su estudio y explorar su intimidad.

Dreams of flight. David Botello

Habiendo alcanzado la pintura mural una significación tan marcada en sus comienzos —y el graffiti, telón de fondo constante en los barrios chicanos, puede considerarse una extensión del muralismo—, seguir la pista de algunos de estos pintores entraña un especial atractivo. Ante todo, continúan siendo figurativos, porque continúan queriendo ser espejo de una realidad social. Debido a la asociación preferente que se ha establecido entre jóvenes artistas contemporáneos y nuevos medios de expresión (performance, vídeo, fotografía, instalación…), la pintura chicana ha tenido pocas oportunidades de difusión.

Extraído de un folleto olvidado al fondo de un cajón que nunca leí.
La Casa Encendida. Madrid.

Páginas interesantes:
http://www.georgeyepes.com
http://www.thechicanocollection.net

viernes, 14 de mayo de 2010

"Me temo que en arte soy agnóstico".
Marcel Duchamp

Sospecharán algunos que quizá haya sufrido un ictus lacunar cerebral para ponerme a escribir en un blog de repente y sin previo aviso, yo que siempre he defendido las virtudes del botijo de barro enmohecido por encima de las de la aséptica botella de vidrio para hidratar los paladares. El caso es que llevo varios meses bastante interesado en las formas de expresión creativa que se cometen sin el beneplácito de las instituciones. Es decir, me impresiona que alguien al que le apetece escribir ya no precise obligatoriamente de las editoriales para hacerlo, sino que simplemente pueda limitarse a diseñar un espacio en la red y lanzarse sin preocuparse de las burocracias. También es cierto que siempre han existido (y esperemos que sigan existiendo) las octavillas, pero éstas se las lleva el viento y se escurren entre los barrotes de las barandillas mientras buscan los escotes de las porteras para anidar. Todo es en vano, al final se reunen en los pantanos, como los flamencos.

De todas formas, entiéndase, que el lomo de un libro es como el del caballo, tocarlo lo puedes tocar, pero otra cosa ya es domarlo. Y para los que nos gusta ver a los caballos galopar sin jinete, para aquellos a quienes la doma nos la trae floja, pues tenemos esta pradera para escribir con piedras y que se vea desde la carretera el nombre de nuestras novias. Me parece muy literario escribir en un espacio que está destinado en un principio a no ser leído. Me parece muy literario sentarme y que me lean, en todo caso, los cuatro amigos de siempre, porque total, el arte es inútil, y más todavía si lo que te gusta, si lo que defiendes desde siempre, es el arte íntimo.

miércoles, 12 de mayo de 2010


También las palabras son enemigas del trabajador. Pero no la palabra, que esa nos pertenece.

Ahora escribo mirando en el televisor el debate en el congreso, ya saben, en cada nudo de corbata veo un nudo corredizo donde apretar, veo una muerte que se desliza por la seda. Quizá a base de nudos podríamos devolverle a la seda sus gusanos. Construyen discursos numéricos que voy escuchando de fondo. También Apollinaire construía versos con trozos de conversaciones que escuchaba en los bulevares, pero no nos engañemos... Apollinaire era un gilipollas y yo tengo esta mañana la sangre demasiado caliente como para encima sentarme en las terrazas a esperar al señor de los mecheros.

Esto tampoco es nuevo. Lorca sabía que cuando la palabra se disfraza de polinomio hay un jornalero que se ahorca junto a su galgo. Lo dice en su poema, en "Vuelta a la ciudad" del Poeta en Nueva York: "Debajo de las multiplicaciones / hay una gota de sangre de pato; / debajo de las divisiones / hay una gota de sangre de marinero; / debajo de las sumas, un río de sangre tierna." También dice lo que todos estamos pensando: "No es el infierno, es la calle. / No es la muerte. Es la tienda de frutas."

Mientras las palabras pertenecen a la ciudad, y por eso Apollinaire era un poeta de palabras, puede que incluso a sabiendas, la palabra pertenece a la selva y a los bosques y supongo que a los animales también, aunque se la callen. La palabra quiere renacer, yo lo estoy viendo todos los días... pero quiere cobrarse su parte en sangre de palabras inútiles, desperdiciadas. Es justo que sea así. Al fin y al cabo, la naturaleza destruye y crea, nunca invierte.

lunes, 10 de mayo de 2010

II. MANUEL RIVAS

Begoña Tojo


Os voy a contar una historia. (...) No es un cuento. Es un sucedido. (...) "En un lugar llamado Mandouro vivían dos hermanas. Vivían solas, en una casa de labranza que les habían dejado sus padres. Desde la casa se veía el mar y muchos navíos que allí cambiaban el rumbo de Europa hacia los mares del Sur. Una hermana se llamaba Vida y la otra Muerte. Eran dos buenas mozas, robustas y alegres. (...) Como tenían muchos pretendientes, habían hecho un juramento: podían flirtear, incluso tener aventuras con hombres, pero nunca separarse la una de la otra. Y lo cumplían lealmente. Los días de fiesta bajaban juntas al baile, a un lugar llamado Donaire, adonde acudía todo el mocerío de la parroquia. Para llegar allí, tenían que atravesar unas tierras de marisma, con muchos lamedales, conocidas como Fronteira. Las dos hermanas iban con los zuecos puestos y llevaban en la mano los zapatos. Los de Muerte eran blancos y los de Vida, negros. (...)

Una noche, una noche de invernada hubo un naufragio. Porque, como sabéis, éste era y es un país de muchos naufragios. Pero aquél fue un naufragio muy especial. El barco se llamaba Palermo e iba cargado de acordeones. Mil acordeones embalados en madera. La tempestad hundió el barco y arrastró el cargamento hacia la costa. El mar, con sus brazos de estribador enloquecido, destrozó las cajas y fue llevando los acordeones hacia las playas. Los acordeones sonaron toda la noche, con melodías, claro, más bien tristes. Era una música que entraba por las ventanas, empujada por el vendaval. Como todas las gentes de la comarca, las dos hermanas despertaron y la escucharon también, sobrecogidas. Por la mañana, los acordeones yacían en los arenales, como cadáveres de instrumentos ahogados. Todos quedaron inservibles. Todos, menos uno. Lo encontró un joven pescador en una gruta. Le pareció una suerte tal que aprendió a tocarlo. (...)

Vida, una de las hermanas, se enamoró tanto de él en el baile que decidió que aquel amor valía más que todo el vínculo con su hermana. Y huyeron juntos, porque Vida sabía que Muerte tenía un genio endemoniado y que podía ser muy vengativa. Y vaya si lo era. Nunca se lo ha perdonado. Por eso va y viene por los caminos, sobre todo en las noches de tormenta, se detiene en las casas en las que hay zuecos en la puerta, y a quien encuentra le pregunta: ¿Sabes de un joven acordeonista y de esa puta de Vida? Y a quien le pregunta, por no saber, se lo lleva por delante". (...)

La escuché en una taberna. Hay tascas que son universidades.

El lápiz del carpintero.
MANUEL RIVAS
El molino encantado. Franz Marc

Leer un libro prestado en un lugar prestado siempre gusta más.

Este fin de semana ha sido un libro de Franz Marc de la editorial Taschen que me prestó G. mientras descansaba en Úbeda. Me he vuelto triste a Madrid, pero el tren ha venido lleno de corzos verdes y caballos azules, y luego yo ya he ido poniendo las blasfemias abstractas y la desconstrucción del domingo por la noche, como le pasó a Marc en la Navidad de 1913. El arte me lleva al huerto y luego yo voy y me pierdo, porque la campana de los perdidos de las ciudades no hay quien la aguante y se oye desde los trenes que huelen entrada la tarde a pimiento podrido.

Me quedo en el campo toda la semana. ¿Me habeis oido? No me vais a tener, ¡hijos de puta! Me vereis sentado en la mesa trabajando o atravesando el umbral de los despachos, pero esta semana no es para vosotros. Esta semana me quedo viendo "las olas del sol", como me ha dicho esta tarde la chica que me guarda los pinceles.

domingo, 2 de mayo de 2010

I. ENRIQUE VILA-MATAS


SERGI PÁMIES:
Dice que (...) la desesperación es elegante. ¿Aún hoy?

ENRIQUE VILA-MATAS:
Mi idea era la de ser artista. Y creía que para ser un artista como dios manda había que vestir de negro, estar siempre desesperado, ser delgado y leer a Lautréamont en las terrazas de los cafés. Alimenté este equívoco durante años hasta que me dí cuenta de que la alegría también existe. Es una ironía acerca de tantos jóvenes malditos, aunque no contra ellos, porque todavía los admiro. Pero yo he perdido bastante contacto con la delgadez y me acerco más a la figura de novelista gordo. Lo cual tampoco está mal, porque yo diría que los novelistas tienen que ser gordos y los poetas delgados. Parece que la flacura está más relacionada con lo poético y lo espiritual, ¿no? No sé, vaya usted a saber. Igual es al contrario.

Entrevista a Enrique Vila-Matas.
BABELIA 18-10-2003