J.D.Salinger

¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? (...) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.

Helmut Newton

Helmut Newton

viernes, 18 de febrero de 2011

EL ÁNGEL EXTERMINADOR. LUIS BUÑUEL


He descubierto la película de Luis Buñuel "El ángel exterminador". Estoy entusiasmado con ella. Además revisando sus memorias después de ver la película leo:

Me gustan las armas y el tiro. He poseído hasta 65 revólveres y fusiles, pero vendí la mayor parte de mi colección en 1964, persuadido de que iba a morir ese año. He practicado el tiro un poco por todas partes, incluso en mi despacho, gracias a una caja metálica especial que coloco delante de mí sobre uno de los estantes de la biblioteca. No se debe disparar jamás en una habitación cerrada. Así perdí yo una oreja en Zaragoza.

Me gustan los pastelazos. En varias ocasiones he sentido la viva tentación de introducir una escena de pastelazo en una de mis películas. Siempre he renunciado a ello en el último momento. ¡Lástima!

Adoro los disfraces, y eso desde mi infancia. En Madrid, a veces me disfrazaba de sacerdote y me paseaba así por las calles, delito castigado con cinco años de cárcel.

miércoles, 16 de febrero de 2011


Nada como llegar a casa de mala hostia después del trabajo y poner el "Historie de Melody Nelson" de Serge Gainsbourg al máximo volumen. Recuperas instantáneamente el espíritu de las apetencias reales. Cuando escucho este disco me acuerdo de Jean Baptiste Pigalle, escultor francés del siglo XVIII, cuyo apellido da nombre al barrio nocturno de París, el de los burdeles. Pigalle fue un escultor disciplinado, amante del arte clásico, tras viajar a Italia y regresar a Francia se ganó la amistad de Madame de Pompadour, amante y favorita del rey Luis XV e impulsora de la cultura, protectora de los enciclopedistas.

De las leyendas más apasionantes de Madame de Pompadour me resulta especialmente grata aquella que asegura que sobre su pecho se moldeó la primera copa de champagne. Este hecho aparentemente banal resulta especialmente esclarecedor. La marquesa poseía numerosos palacios en París, entre ellos el actual palacio del Elíseo, sede de la presidencia de Francia, pero sin ninguna prepotencia ella puso la teta al servico de los bebedores y el palacio al servicio del poder. En Francia puede importar poco lo que hagas con una vida dedicada a la cultura, lo trascendente es apropiarte de una buena leyenda erótica o, en su defecto, como ocurre con el escultor Pigalle, feo artesano, conseguir que en tu quartier abran muchos burdeles.

De todas formas ya lo sugirió Gainsbourg: La fealdad tiene algo superior a la belleza: dura más.

martes, 8 de febrero de 2011


Nuevamente no he podido soportar la visión de los mechones de pelo falso de la estantería del supermercado, los que anuncian los tintes. He salido a la calle sin comprar nada y he tomado un vermut de media mañana para templarme. Al salir del bar pienso en una posible historia sobre un cardenal italiano que, vestido a la manera del retrato de Inocencio X, se enamora del mechón pelirrojo del Sabeco y acude a visitarlo todas las mañanas. Finalmente el cardenal, cansado del cierre del supermercado los domingos, decide abandonar los votos por haber convertido el domingo en un día a aborrecer en lugar de un día sagrado.