
Nuevamente no he podido soportar la visión de los mechones de pelo falso de la estantería del supermercado, los que anuncian los tintes. He salido a la calle sin comprar nada y he tomado un vermut de media mañana para templarme. Al salir del bar pienso en una posible historia sobre un cardenal italiano que, vestido a la manera del retrato de Inocencio X, se enamora del mechón pelirrojo del Sabeco y acude a visitarlo todas las mañanas. Finalmente el cardenal, cansado del cierre del supermercado los domingos, decide abandonar los votos por haber convertido el domingo en un día a aborrecer en lugar de un día sagrado.
joer, tio, un regreso por la puerta grande...esto sí es una grogueria y lo demás tonterías
ResponderEliminarla sección de sanbenitos es más prometedora que adebayor
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