J.D.Salinger

¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? (...) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.

Helmut Newton

Helmut Newton

domingo, 3 de julio de 2011

La pistola y el corazón. George Yepes


Un saxofonista negro con una gabardina blanca arrugada surge de la niebla. Camina pisando adoquines esmaltados, la calle entera brilla deslumbrante como si la lluvia la hubiera barnizado a perpetuidad. Tiene el cuello de un rinoceronte, los ojos enfermos, amarillos, las manos con la concavidad del trasero de las mujeres del Storyville. Once meses de sequía asolan la ciudad, no hay pastillas que echarse a la boca, los porteros de los cines y los clubs llevan dormidos semanas en sus puestos, con la misma postura sobre sus codos. Las pastillas de Ginger "el francés" han perdido su sabor, nadie confía en nadie, no más pastillas de amapola afgana, no más pañales de hoja de tabaco para los hijos de los guardagujas. Hay una soprano ciega cantando arias sobre los railes del tranvía, nadie evitará el atropello, es parte del espectáculo. Coros de golondrinas revolotean bajo la axila de una monja, muerta sobre el pedestal de una fuente de bronce seca. Dos chamanes vudú han robado un televisor de la caseta de una autopista y están comiendo huevos de codorniz bajo el baldaquino del puente levadizo. Es hora de ir a la escuela nocturna. Es hora de labrarse un futuro, de colocarse anillos blancos en los dedos, de beber mercurio con hierbabuena para el mal aliento. El cielo ha caido sobre una charca de compresas usadas. Una corona de nenúfares secos y girasoles preside el funeral de una profesora de clavicémvalo. Una piara de cerdos ha conquistado el aparcamiento. Un grupo de gatos monteses atormenta al repartidor de periódicos.

Los lobos han vuelto a la ciudad para matar las reses que reservábamos para conservar la vida.