
Nada como llegar a casa de mala hostia después del trabajo y poner el "Historie de Melody Nelson" de Serge Gainsbourg al máximo volumen. Recuperas instantáneamente el espíritu de las apetencias reales. Cuando escucho este disco me acuerdo de Jean Baptiste Pigalle, escultor francés del siglo XVIII, cuyo apellido da nombre al barrio nocturno de París, el de los burdeles. Pigalle fue un escultor disciplinado, amante del arte clásico, tras viajar a Italia y regresar a Francia se ganó la amistad de Madame de Pompadour, amante y favorita del rey Luis XV e impulsora de la cultura, protectora de los enciclopedistas.
De las leyendas más apasionantes de Madame de Pompadour me resulta especialmente grata aquella que asegura que sobre su pecho se moldeó la primera copa de champagne. Este hecho aparentemente banal resulta especialmente esclarecedor. La marquesa poseía numerosos palacios en París, entre ellos el actual palacio del Elíseo, sede de la presidencia de Francia, pero sin ninguna prepotencia ella puso la teta al servico de los bebedores y el palacio al servicio del poder. En Francia puede importar poco lo que hagas con una vida dedicada a la cultura, lo trascendente es apropiarte de una buena leyenda erótica o, en su defecto, como ocurre con el escultor Pigalle, feo artesano, conseguir que en tu quartier abran muchos burdeles.
De todas formas ya lo sugirió Gainsbourg: La fealdad tiene algo superior a la belleza: dura más.
Yo siempre quise ser feo y ni que decir tiene que con el paso de los años he ido perfeccionando mi técnica, casi lo he conseguido.
ResponderEliminarMe alegro de que este blog siga teniendo este encanto explícito que sólo un carnicero rilkeano le puede imprimir.
Un Abrazo
Ser feo sirve para aprender cosas; es una responsabilidad tremenda.
ResponderEliminarY si nos tomamos algo en un bar feo, con bien de gente fea?? Tengo el sitio perfecto para vosotros
De esta semana no pasa
ResponderEliminar