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El molino encantado. Franz Marc |
Leer un libro prestado en un lugar prestado siempre gusta más.
Este fin de semana ha sido un libro de Franz Marc de la editorial Taschen que me prestó G. mientras descansaba en Úbeda. Me he vuelto triste a Madrid, pero el tren ha venido lleno de corzos verdes y caballos azules, y luego yo ya he ido poniendo las blasfemias abstractas y la desconstrucción del domingo por la noche, como le pasó a Marc en la Navidad de 1913. El arte me lleva al huerto y luego yo voy y me pierdo, porque la campana de los perdidos de las ciudades no hay quien la aguante y se oye desde los trenes que huelen entrada la tarde a pimiento podrido.
Me quedo en el campo toda la semana. ¿Me habeis oido? No me vais a tener, ¡hijos de puta! Me vereis sentado en la mesa trabajando o atravesando el umbral de los despachos, pero esta semana no es para vosotros. Esta semana me quedo viendo "las olas del sol", como me ha dicho esta tarde la chica que me guarda los pinceles.
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