J.D.Salinger

¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? (...) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.

Helmut Newton

Helmut Newton

lunes, 24 de mayo de 2010


Tiene que haber existido alguien que, en algún momento y porque sí, haya decidido simplemente no caminar más y quedarse donde está.

De manera poco premeditada, quiero decir, simplemente alguien que esté caminando por una plaza concurrida después del trabajo, por poner un ejemplo, o por un puente sobre cualquiera de los ríos que cruzan cualquier ciudad, y que de repente decida sentarse en el borde de una fuente o en una barandilla y esperar a ver qué pasa durante unos días sin hacer nada en concreto. Yo a veces lo he pensado, y de verdad me pregunto: ¿vendría alguien a rescatarme?

Hay que pensar en que si es la ciudad en donde vives, antes o después, puede pasar alguien que conoces. Eso no puede ocurrir. Sobre todo no puede ocurrir que ese conocido te de igual, que sea un conocido al que tú no irías a rescatar ni de coña si le ocurriera algo parecido y te enterases. Otra cosa que tampoco puede ocurrir es que de repente te hagas famoso o algo por el estilo. No estoy pensando en esa mierda, de verdad. En lo único que estoy pensando es en quedarme de repente en un sitio anclado durante unos días de forma voluntaria, y luego de buenas a primeras, levantarme y seguir con lo que estaba haciendo. Me gustaría ver qué coño pasa, en serio. Yo creo que es posible quedarte varios días así, en esta situación y que nadie te dirija la palabra. Te llevarías ese secreto a la tumba, sería de los mejores que podrías llevarte: "Yo me quedé cinco días sentado en un banco de la Plaza de la Villa, de repente, y lo que vi allí no tiene nombre".

La cosa no debería costar ningún esfuerzo, quiero decir, hacer esta mierda no debería requerir ningún sacrificio, simplemente si alguien lo intenta alguna vez y se cansa, lo preferible sería dejarlo y llegar sin más un poco tarde al trabajo, sin más repercusiones. Porque yo creo que si haces ésto y al final consigues durante unos días olvidarte de que hay algo que en realidad tenías que hacer, luego vas y repites no sé cuántas veces, estoy convencido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario