J.D.Salinger

¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? (...) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.

Helmut Newton

Helmut Newton

miércoles, 23 de junio de 2010


Leo de pasada en un periódico gratuito que L'osservatore romano (periódico no gratuito de la Santa Sede) publica un orbituario sobre José Saramago a las 24 horas de su muerte, que titula La omnipotencia (relativa) del narrador, en el que ataca duramente su intromisión en los asuntos teológicos, banalizándolos en nombre del materialismo libertario. Por lo visto el Vaticano ya no guarda los lutos, celebra las muertes de los marxistas como si fueran enemigos de la biología.

Me interesa sobre todo el título del artículo, así que busco en internet para ver si lo puedo leer, aunque sea en italiano. No lo encuentro, pero sí leo otro artículo del udinese Paolo Flores d'Arcais en defensa de Saramago en el que trascribe unas líneas del artículo de L'osservatore en donde se critica el tono narrativo del escritor que me llaman la atención: un tono de inevitable apocalipsis con un presagio perturbador que pretende celebrar el fracaso de un Creador y su creación.

Lo que me llama la atención de todo ésto es que el Vaticano parece fortalecer involuntariamente con sus apuntes la esencia de la literatura más notable, la que no se somete a los designios de una autoridad, ni siquiera a los designios del inevitable apocalipsis. Qué gran título podría ser ese de La omnipotencia (relativa) del narrador , porque se trata fundamentalmente de eso, de presenciar cómo la literatura, que es contraria a la vida, que es a la vez también contraria a la muerte y por tanto contraria a todos los designios e intenciones últimas del arrepentido narrador, sin embargo subsiste a través de él, incluso a su pesar.

D.E.P.

4 comentarios:

  1. Cuando yo muera que mis enemigos celebren mi muerte. Así sabré que he hecho las cosas bien.

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  2. Diego, que alegria verte por aquí, me dicen que en Trento un poco aburrido, a ver cuando vuelves y te veo que tengo ganas! un abrazo

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  3. "un tono de inevitable apocalipsis con un presagio perturbador que pretende celebrar el fracaso de un Creador y su creación"...yo no veo aquí que se metan con Saramago, de hecho a mí me encantaría tener ese tono

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  4. El sueño de la razón produce monstruos querido amigo.
    El Vaticano y su decadente corte de intimistas y curiosos señores mayores bañados en la grasa que supura la opulencia de sus habitos parece haber comprendido a la perfección que tan sólo las creaciones superan en obstinación, arrogancia y perversión a su creador.
    Que largo camino han recorrido para poder defender sus santas posaderas y perpetuar sus macabra danza de despecho y desprecio hacia el ser humano.
    Que honor y que orgullo me produce ser enemigo de la biología.

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