
Una multinacional del zapato italiano será dueña del Coliseo romano durante los próximos 15 años a cambio de financiar su restauración. Nada como unas ruinas imperiales bien salpicadas de meados. Nos empeñamos en reconstruir cuando la ruina es, en verdad, quien abona los tuétanos de lo que está por llegar, de lo verdadero.
Uno se pregunta dónde ha quedado la izquierda italiana. Quizá la CIA terminó por enterrarla con el hormigón de las autopistas bajo la arena de la Vía Apia. ¿Dónde está la izquierda de todas partes?
Me atormenta una certeza: imposible hacer izquierda desde la legalidad. Es dar oxígeno al alimento que aspira a perdurar. El sistema está concebido para que ésta fracase en su interior y desemboque en el desencanto de sus allegados. La verdadera izquierda anaerobia, abisal, la izquierda que perdura siempre hay que desenterrarla rápido del corazón de los bandoleros muertos, hay que trasplantarla, es un órgano que no se rechaza cuando anida en el interior del hombre desencantado.
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