Ohio, 09/04/11
Los putos negros son lo mejor, lo único digno.
La mierda les llega al cuello, pero lo llevan con dos huevos. He venido en un avión de blancos, con cara de muñeco de nieve estéril de Vermont, y espero el autobus de los negros mascando una goma sintética de arándanos. Tengo las uñas más limpias de la ciudad, pero la corbata me está obstruyendo los anillos de la tráquea, cojones! Hablan de rehabilitar las barriadas, los negros van a tragar cárcel hasta la náusea y les cobrarán el alquiler de la celda, a sus hermanas se las van a rifar en los burdeles con la misma pasta por la que los negros se dejan la masa gris en las aceras. Las madres de los negros lloran lágrimas de madera, son lágrimas orgánicas, las recogen en tarros vacíos de sirope de arce y les ponen la fecha en números romanos. En las aceras de cables destartalados los negros sueñan con los leones marinos. Hay un negro en la Casa Blanca, pero es un negro de mentira y la casa es Blanca, blanca! joder!
Los putos negros son lo mejor.
En un coche de agua negra iré a Santiago. Santiago es un pozo de mierda, por supuesto. Las abuelas de los negros comían maíz en mazorcas embarradas y fertilizadas, los nietos de los negros comen palomitas de maíz y no van al cine ni una sola puta vez. Cada niño negro tiene un murciélago en una jaula y una bala de mentira como imán para la nevera. Algunos cantan en el coro para que cuando la palmen a los quince de todo mucha más pena.
"Es preciso cruzar los puentes
ResponderEliminary llegar al rubor negro
para que el perfume de pulmón
nos golpee las sienes con su vestido
de caliente piña.
Es preciso matar al rubio vendedor de aguardiente
a todos los amigos de la manzana y de la arena,
y es necesario dar con los puños cerrados
a las pequeñas judías que tiemblan llenas de burbujas,
para que el rey de Harlem cante con su muchedumbre,
para que los cocodrilos duerman en largas filas
bajo el amianto de la luna,
y para que nadie dude de la infinita belleza
de los plumeros, los ralladores, los cobres y las cacerolas de las cocinas"
El rey de Harlem
-se te echa de menos, blanquito-